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¿Qué es el código LER 161001 y LER 200108?
Las empresas de tratamiento, gestión y transporte de residuos deben cumplir una serie de normas para poder realizar estas operaciones. Para ello hay diversas normas y códigos que se deben observar y cumplir. Con ellas no sólo se identifican adecuadamente los residuos, sino que también se dan las directrices para manipularlos y transportarlos hasta las plantas de desecho o reciclaje, según el tipo de residuo de que se trate. Uno de estos códigos utilizados en la gestión de residuos es el código LER.
El acrónimo que identifica a este código es la abreviatura de Lista Europea de Residuos, un listado de los residuos existentes, con el que se pretende agilizar y facilitar la clasificación de los mismos. Esto se hace en función de naturaleza y origen, y toma como base una catalogación de los residuos muy sencilla, que asigna a cada tipo de residuo un código de seis cifras. Es, como hemos mencionado, el código LER.
Para qué sirve el código LER y cómo funciona
Las empresas dedicadas a gestionar residuos tienen que identificar todos los tipos. Así, a simple vista de su recipiente y sin tener que examinarlos de cerca, con el peligro que esto supone en algunos casos, se podrá conocer lo que contiene una bolsa o recipiente con residuos. Además, también se consigue la evaluación del tratamiento que necesitará cada residuo, puesto que costará menos identificarlo.
Para la catalogación de los residuos, en la actualidad, hay dos sistemas de clasificado e identificación. Son compatibles entre sí, por lo que su uso conjunto no ofrece problemas. Por uno, el sistema nacional, encargado de codificar los residuos peligrosos. En este sistema hay un listado de códigos que vienen de varias tablas con datos sobre las características de cada tipo de residuo, su procedencia y su destino.
Por otro está el sistema que hemos comentado, el código LER. Es una relación de tipos de residuos, armonizada, con la que se busca facilitar su caracterización tomando como base su origen y naturaleza. Cada código LER tiene seis cifras. Y para asignar uno a cada residuo hay que tener varios puntos en cuenta.
El primero es que la lista europea de residuos está dividida en 20 capítulos. Cada uno está identificado con dos cifras. En ellos hay que mirar la fuente o la actividad que genera el residuo. Para ello hay que mirar los capítulos del 1 al 12, por un lado. Por otro, en los numerados del 17 al 20. Hecho esto, en el subcapítulo que corresponda se busca el código más adecuado para el residuo a catalogar. Eso sí, en este punto no se tienen en cuenta los códigos que terminan en 99. Por ejemplo, los residuos de envases recogidos de manera separada tendrán un código LER que empieza por 15 01.
En caso de que no se encuentre el residuo en el capítulo en el que debería estar hay que buscar en los capítulos 13, 14 y 15. Si no, en el 16. Si tampoco está, se le asigna un código terminado en 99 del capítulo de la lista de la actividad que ha ocasionado el residuo. Y los que son peligrosos quedan identificados como tales mediante la adición de un asterisco en el código LER.
¿Qué son los códigos LER 161001 y 200108?
Visto el sistema de catalogación de los códigos LER, toca identificar el código LER 161001 y 200108. El primero hace referencia a residuos catalogados como ácidos inorgánicos líquidos. Es decir, líquidos que contienen sustancias peligrosas diluidas en ellos. Eso si, estas sustancias cuentan con una concentración en el líquido inferior al 10%. Entre ellos están ácidos como el clorhídrico, el sulfúrico o el nítrico. Para su almacenamiento y transporte se recomienda guardarlos en recipientes o garrafas de 25 litros de capacidad.
En cuanto al código LER 200108, hace referencia a los residuos biodegradables procedentes de cocinas y restaurantes. No se trata por tanto de residuos peligrosos, pero sí que habrá que almacenarlos y transportarlos de manera adecuada con servicios profesionales de transporte para que no sufran deterioros.
¿Cuál es el proceso de limpieza de aguas residuales?
Como su propio nombre indica, las aguas residuales son aquellas que se convierten en residuos o desechos por haber sido utilizadas. Concretamente, se refiere a todas la aquellas aguas que se han visto afectadas por influencia antropogénica, ya sea a nivel doméstico, urbano o industrial origina suciedad en el agua.
Las aguas residuales son aquellas cuya calidad se ha visto afectada por ciertos elementos contaminantes. Se generan tanto en residencias, como en instalaciones públicas o industrias. Sin embargo, es posible aplicarles una serie de tratamientos, con el fin de contribuir al control del vertido de este tipo de aguas. Este es el proceso de limpieza de aguas residuales, que se puede hacer tanto en el punto en el que se generan, como recogiéndolas y llevándolas a un punto donde se encarguen de gestionarlo.
Las aguas residuales se generan tanto en residencias, como en instalaciones públicas o industrias. Sin embargo, es posible aplicarles una serie de tratamientos, con el fin de contribuir al control del vertido de este tipo de aguas. Este es el proceso de limpieza de aguas residuales, que se puede hacer tanto en el punto en el que se generan, como recogiéndolas y llevándolas a un punto donde se encarguen de gestionarlo.
¿Hay diferentes tipos de agua residual?
Las aguas residuales se clasifican por su procedencia. Cada tipo de agua residual necesita un tipo concreto de tratamiento acorde a sus parámetros. Es muy importante saber qué tipo de agua residual tenemos que tratar para elegir un método de tratamiento adecuado.
Dependiendo del lugar de procedencia, las aguas residuales se pueden catalogar de la siguiente manera:
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Agua Residual Doméstica.
Estas aguas, a su vez, se pueden subdividir en las siguientes categorías:
- Aguas negras: las que contienen orina y heces fecales (inodoros y urinales).
- Aguas grises: las que principalmente contiene detergente y grasas, y provienen de actividades como bañarse, el lavado de la ropa, los platos y otros artículos o la limpieza de la cas.
Estas aguas provienen de complejos residenciales, viviendas, restaurantes, algunas veces de centro comerciales o instituciones. Por su contenido pueden ser catalogadas como las aguas menos contaminadas, por no tener químicos importantes que se utilizan en las industrias.
Las aguas grises pueden ser fácilmente reutilizadas para diversos usos después de un tratamiento sencillo. Será posible reutilizarlas para rellenar las cisternas de los inodoros, regar las zonas verdes o para la limpieza de exteriores.
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Agua Residual Urbana.
Estas aguas suelen provenir de extensas zonas viviendas e industrias. Aunque la composición de dichas aguas es principalmente de características domésticas, son transportadas por redes de alcantarillado que conecta tanto a los complejos de viviendas como los industriales.
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Agua Residual Industrial.
Las aguas residuales industriales son aquellas que han tenido contacto con contaminantes después de cualquier tipo de actividad industrial o proceso de producción. Su caudal y composición es muy diferente y más complejo que el de las aguas urbanas. Es muy común encontrar este tipo de aguas residuales en industrias como la textil, láctea, química, azucarera, papelera, entre otras.
También en esta categoría se suelen incluir la gran variedad de aguas residuales del sector agrícola, y aquellas aguas que están contaminadas por todos los pesticidas que se utilizan para eliminar las plagas que atacan los cultivos.
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Agua Residual de Lluvia.
Se trata de aguas generadas directamente por la lluvia. Dichas aguas también pueden llegar a estar altamente contaminadas, ya que las gotas de la lluvia atrapan la contaminación suspendida en el aire y arrastran la basura que está en las calles y la que se encuentra estancada en las coladeras.
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Aguas residuales blancas.
Son las aguas que proceden de efectos meteorológicos. Pueden proceder de la lluvia, de la nieve, de la niebla o del hielo. Pero también pueden proceder de riego y limpieza de jardines, parques, zonas verdes, calles, etc…
¿Cuál es el proceso de limpieza de aguas residuales?
Comenzamos diferenciando los dos tipos de tratamientos que pueden llevarse a cabo. Pueden ser:
- Biológicos, liberando en el agua sistemas aeróbicos y microbiológicos.
- Químicos, que suelen combinarse con otros procesos. Con estos procesos se elimina el hierro, los fosfatos, o nitratos.
Dicho esto, las etapas del tratamiento son las siguientes:
Tratamiento primario
Este tratamiento, la primera parte del proceso de limpieza, consiste en eliminar los residuos sólidos del agua, así como aceites o grasas. En primer lugar se hace un cribado, para eliminar sólidos grandes, normalmente con maquinaria específica. Después, se filtran las aguas, para eliminar arena o gravilla. Por último, se pueden realizar tratamientos de maceración o sedimentación, de forma que las grasas y otros elementos contaminantes se queden en la superficie (o se depositen en el fondo) y se puedan eliminar fácilmente.
Tratamiento secundario del proceso de limpieza de aguas
Este proceso de limpieza está diseñado para eliminar todos los contaminantes biológicos que se encuentren en el agua. El contacto con ciertos deshechos orgánicos puede generar bacterias que deben ser igualmente eliminadas. Una vez realizado el desbaste, o la eliminación de residuos sólidos a través de rejillas, se procede a utilizar lodo activado, de forma que se favorezca el aumento del oxígeno activado y la aparición de organismos que ayuden a eliminar los contaminantes. También se pueden realizar tratamientos con camas filtrantes, filtros biológicos o sistemas de membranas.
Tratamiento terciario
Este tratamiento es el paso final del proceso de limpieza de aguas, antes de enviarlas de vuelta a ríos o mares. Aumenta la calidad final y se divide en varios procesos. Entre ellos, filtración, y eliminación de nutrientes. Un alto nivel de fosfatos o nitrógeno puede ser nocivo o perjudicial para peces y otra flora y fauna que habite en el medio donde vertamos el agua. Para retirarlos, se suelen efectuar tratamientos biológicos, como la oxidación. Por último, para terminar las tareas del proceso de limpieza de aguas residuales, se procede al tratamiento de desinfección. De esta forma, se eliminan los posibles organismos vivos que aún persistan en el agua. El método más común y más utilizado es usando cloro, pero también se utiliza luz ultravioleta y tratamientos con ozono.
Una vez realizados todos los pasos y los distintos tratamientos, el agua ya está preparada para devolverse a sus canales habituales, sin que suponga un riesgo ni sea perjudicial. Si quieres saber más sobre tratamientos de agua, en Netjet tenemos un equipo especialista en tratamientos residuales.
Tipos de residuos y cómo tratarlos
Un residuo es todo aquel elemento considerado un desecho y del que hay que deshacerse. Eso sí, habrá de hacerse de la manera adecuada en cada caso para evitar problemas. Tanto de salud como del medio ambiente. Por eso, en primer lugar y antes de nada, los residuos se tienen que clasificar por tipos de residuos. En función del tipo al que pertenezcan, deberán tratarse de una manera o de otra.
Pero en general, e independientemente del tipo de residuo que se quiera eliminar, siempre habrá que hacer un primer tratamiento de los mismos en origen. Además, claro está, de clasificarlos y almacenarlos de la manera más adecuada antes de que se proceda a su recogida y transporte para su tratamiento final. También habrá que valorar si el residuo en cuestión puede reciclarse (entonces tendrá que ir a una planta de reciclaje) o no, y desecharse por completo.
Tipos de residuos: clasificación oficial
Los residuos se pueden catalogar, de manera legal, en siete tipos. Son los siguientes:
- Domésticos: los generados en los hogares de manera cotidiana. También los generados en empresas que sean parecidos a los que se generan en las viviendas.
- Comerciales: los que surgen como consecuencia de las actividades comerciales, tanto en la venta al por mayor y al por mayor como en oficinas, mercados, bares y restaurantes. En general, en todas las empresas del sector servicios.
- Industriales: los que quedan después de los procesos que suelen darse en las industrias: fabricación, transformación, mantenimiento, limpieza, etc.
- peligrosos: los que presentan alguna característica que los convierten en dañinos para la salud o para el medio ambiente. La misma consideración, en estos casos, tendrán los recipientes en los que se han almacenado, y deberán tratarse y transportarse con sumo cuidado.
- Inertes: residuos sólidos que, una vez que se han transportado a un vertedero y depositado en él, apenas sufren cambios con el paso del tiempo.
- No peligrosos: todos los que no presentan peligro. Por eliminación y, lógicamente, los que no son peligrosos.
- Biodegradables: los desechos del mantenimiento de jardines, del consumo de alimentos y de las cocinas de hogares y establecimientos de restauración. También de los alimentos que se obtienen mediante la venta al por menor, y otros parecidos que quedan después del proceso de alimentos en las plantas preparadas para ello.
Tipos de residuos especiales
Además de los tipos que hemos mencionado antes, hay otros de categoría especial, cuyo tratamiento debe realizarse de manera diferenciada del que tienen otros residuos. Lo mismo sucede con su conservación y su transporte. Son tres:
- Radiactivos: materiales o productos de derechos con restos de radiactividad. También están incluidos los líquidos y gases residuales producto del trabajo con estos materiales.
- Sanitarios: todos los generados en centros sanitarios, tanto en forma sólida como líquida. Entre ellos están los envases y los restos de envases de los materiales utilizados en los centros sanitarios.
- De construcción y demolición: residuos intertes procedentes de todo tipo de obras de construcción, tanto públicas como privadas: reformas, reparaciones, demoliciones, rehabilitaciones, etc. Tanto de las obras consideradas mayores, como la construcción de un bloque de pisos nuevo, como las menores. Esto es, las reparaciones domésticas de pequeña envergadura, como el alicatado de un baño.
En cualquier caso, desde Netjet recomendamos que a la hora de tratar con cualquier tipo de residuos, te pongas en contacto con un profesional especializado en el tratamiento de residuos, y en eso, nosotros podemos ayudarte. No dudes en ponerte en contacto con nosotros, y te atenderemos sin ningún tipo de compromiso.