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Hoy en día, a la hora de consolidar un proyecto de construcción de una vivienda o cualquier otro recinto, puedes encontrarte con que necesitas instalar un modelo específico de cloaca, por lo que debes elegirlo entre la extensa variedad de tipos de cloacas que existen.

Y es que el sistema de aguas residuales no siempre se hace de la misma manera, ya que es un aspecto que depende directamente de las características físicas del lugar, la cantidad de agua que transcurre por el sistema de cloacas, etc.

Selecciona el tipo de cloaca adecuado a tus necesidades

Entre los principales tipos de cloacas que puedes encontrar actualmente en una construcción destacan los siguientes:

Desagües primarios

Estos son los tipos de cloacas que cumplen la función de dar salida a las tuberías y el alcantarillado a aquellas aguas que tienen algún componente tóxico, tales como los que provienen de la actividad industrial y por los que pasan las heces. Incluso algunos de estos desagües se instalan para el drenaje de componentes químicos y detergentes.

Estos tipos de cloacas se encuentran en diferentes puntos como los urinarios, los inodoros, los fregaderos de cocina, los lavavajillas, los pozos negros, entre otros. También se colocan en los equipos para el bombeo de agua y en las cañerías destinadas para la ventilación y el desagüe.

Tienen la particularidad de que reciben materias que requieren una eliminación rápida, por lo que tienen un sistema de descarga que funciona de manera automática para el proceso de limpieza. Tienen un mecanismo de cierre hidráulico que garantiza la mayor hermeticidad de la tubería.

Desagües secundarios

En esta categoría se encuentran aquellos desagües que se destinan a la evacuación de las aguas que se usan en el proceso de higiene personal y lavado en una vivienda o cualquier otro espacio.

Están compuestos por tuberías y algunos accesorios que van directamente al sistema primario y, de esa forma, salen por el alcantarillado. Se encuentran generalmente en los lavaderos, los lavabos, los bidés, las lavadoras y las bañeras. Incluso son las que se están en las rejillas del suelo y las duchas.

Desagües pluviales

Tal como su nombre lo indica, son aquellos encargados de recoger las aguas que caen de la lluvia y la dirigen hacia los sistemas de cañerías de saneamiento, pasado así por la red de alcantarillado. También se usan para recoger esta agua en la calle para dirigirlas hacia el alcantarillado.

Este tipo de cloacas puedes encontrarla en las terrazas, en los áticos, en los laterales de las calles y en las aceras. Todas estas aguas finalmente llegan a tres destinos finales que son una red de evacuación de aguas de lluvia aparte del sistema de alcantarillas, un mecanismo de evacuación por cunetas, canales o jardines o alcantarillas mixtas que sirven para desagüe de aguas residuales y pluviales al mismo tiempo.

Cualquiera que sea el sistema de cloacas que se instale, es necesario realizar un mantenimiento constante para garantizar que cumplan sus funciones de forma adecuada, evitando así posibles atascos y otros problemas propios de estos elementos.

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La seguridad de las viviendas y comunidades de vecinos es una prioridad hoy en día y por ello se ha incrementado el uso de las rejas que evitan la entrada fácil por parte de cualquier persona sin afectar la visibilidad del lugar. En ese sentido, es necesario elegir el tipo de reja más adecuado a cada recinto.

En el mercado actual existen diferentes tipos de rejas entre los que puedes encontrar la que mejor le va a la estancia en la que necesitas colocarla. Por ello te vamos a explicar cada tipo de reja disponible y sus principales usos o beneficios para cada tipo de estancia.

Tipos de reja que puedes instalar en tu vivienda 

Las rejas que puedes conseguir hoy en día son de diferentes tipos, entre las que destacan:

Rejas removibles

Es el tipo de reja que tiene la particularidad de adaptarse muy bien a las dimensiones de cualquier lugar. Resultan perfectas para las zonas de tránsito en la vivienda, gracias a que cuentan con un mecanismo que permite montarlas y desmontarlas fácilmente.  Están compuestas por una serie de tubos de acero, que es altamente resistente.

Rejas fijas

Son aquellas rejas de diseño convencional, fabricadas en forja o hierro galvanizado y que resultan perfectas para aquellas zonas que requieren un grado de protección mayor. Puedes elegir entre dos tipos: las que se instalan durante la obra o las que se atornillan a una superficie específica.

Las rejillas

Las rejillas son las rejas cuyo uso se ha enfocado principalmente en la seguridad de los comercios, negocios y oficinas. Tienen el típico diseño con forma de diamante, por lo que suelen llamarse también rejas decorativas.

Rejas Bandit

Estas son las rejas que tienen como finalidad garantizar protección a las ventanas correderas o deslizantes. Están hechas de aluminio por lo general y acceden a colocarse en forma vertical u horizontal. De hecho, son muy usadas como protección para las ventanas de los sótanos.

Rejas extensibles

En este grupo se encuentran las rejas que cumplen una función de seguridad y tienen la capacidad de plegarse. Se pueden manipular fácilmente por su apertura en forma de tijera. Se elaboran en hierro lacado a fuego o galvanizado.

Rejas abatibles

Estas son las rejas que se caracterizan por componerse de una sola pieza rígida que se instala sobre unas bisagras, usando para ello tornillos de seguridad. Se pueden abrir y cerrar de acuerdo con los gustos y preferencias de los usuarios y suelen hacerse en hierro fundido, con acabados de pintura al horno.

Si estás pensando en instalar una o varias rejas en tu vivienda, cuentas con un amplio abanico de alternativas perfectas para cada ocasión, con las que garantizas la seguridad de tu familia, al mismo tiempo que adquieres elementos decorativos que pueden ser muy atractivos a nivel estético.

Todas ellas pueden ser diseñadas de manera totalmente personalizada, según las necesidades y preferencias de los usuarios, por lo que prácticamente no existen límites a la hora de elegir un modelo específico.

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La reparación de una bajante es, sin duda, una responsabilidad de la comunidad de propietarios en un edificio, por lo que esta debe asumir el arreglo de los posibles daños.

Es la agrupación de vecinos la que debe hacerse cargo de la apropiada corrección y mantenimiento de elementos comunes de una edificación, como lo es una bajante, y, al mismo tiempo, es la comunidad la que debe buscar a los especialistas que se encargarán de repararla.

Elemento fundamental

Las bajantes constituyen un elemento fundamental para garantizar la higiene en los hogares, ya que son tuberías que recolectan tanto las aguas residuales como las aguas pluviales de un edificio.

Por ello, la reparación de una bajante representa una inversión económica bastante grande que muchas veces no está circunscrita en las pólizas de seguros. Esto se debe a que las compañías contemplan estas averías como simples fallos de mantenimiento de los cuales debe encargarse la comunidad de propietarios.

A lo anterior debemos añadir las molestias e inconvenientes que originan este tipo de trabajos, porque implican perjuicios a elementos comunes, humedades o incluso interrupciones en el servicio de agua.

Bajante estropeada

Una bajante estropeada es responsabilidad de la comunidad de propietarios y así lo ha establecido el Código Civil, por lo que los vecinos son los que debe identificar el origen de la avería con el asesoramiento de expertos que establezcan cuál es el problema.

De esta manera, se podrá iniciar cuanto antes la reparación de una bajante, detectando la procedencia de las anomalías o los atascos. Esta acción de canalizar el mantenimiento con una empresa especializada estará a cargo de la propia comunidad o del seguro, cuando existe la cobertura de este tipo de daños.

En este punto es necesario destacar que cuando el desperfecto se descubre en la bajante de una de vivienda específica, el encargado de solucionar este problema debe ser el propietario de esa residencia.

¿Cómo prevenir?

Prevenir problemas relacionados con atascos en la bajante implica que los vecinos se encarguen de supervisar constantemente el mantenimiento de la edificación, lo que significa también una labor educativa para que integrantes de la comunidad no arrojen al desagüe el tipo de elementos que terminan atascando este tipo de tuberías.

Por lo tanto, para evitar reparar una bajante, es fundamental no tirar cosas como guantes de látex, toallitas higiénicas, productos desengrasantes, bastoncitos, disolventes, cuchillas de afeitar, pinturas y variados componentes químicos.

Llamar a los profesionales

Organizar la reparación de una bajante pasa obligatoriamente por llamar a los profesionales que, aparte de conocer la normativa actual relacionada con las comunidades de propietarios, sean capaces de realizar los debidos cálculos de la instalación. De otro modo, el trabajo terminaría afectando la propia tubería.

Igualmente, los especialistas a los que acuda la comunidad tienen que estar atentos a la disposición de los diferentes enganches de una bajante, ya que si se afecta su funcionamiento, podría provocar incomodidades en algunas viviendas.

Para alcanzar la meta, los profesionales deben llevar a cabo un estudio previo que determinará la causa de los atascos y otros perjuicios, para así escoger el mejor método de reparación.

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