CATEGORÍAS
5 herramientas de fontanería que debes tener en tu casa
Hablaremos hoy de herramientas de fontanería que te vendrá bien tener en casa. Como hemos comentado en artículos anteriores, algunos de los problemas de tu instalación son más sencillos que otros. Así que no siempre necesitarás ayuda profesional. Pero para poder solucionarlos por ti mismo, si que será buena idea que cuentes con las herramientas correctas. Estas son las que no deberían faltar en tu reserva.
Herramientas de fontanería indispensables
1.- Destornilladores planos y de estrella
Sí, sabemos que los destornilladores no son herramientas de fontanería exclusivamente, pero los necesitarás para solucionar atascos sencillos. Para quitar la rejilla de los sumideros, por ejemplo, en caso de enfrentarte a algún tipo de atasco que no se solucione con desatascadores líquidos.
Te recomendamos que te hagas con un par de buenos destornilladores: con punta resistente para que no se deterioren enseguida. Si no, quitar los tornillos puede convertirse en una auténtica pesadilla.
2.- Goma desatascadora
El desatascador más efectivo es también el más tradicional y una de las herramientas de fontanería que no falta en el arsenal de ningún buen profesional.
Se trata de un palo de madera o plástico en cuyo extremo hay una goma en forma de campana. Esta goma hace un vacío alrededor del desagüe cuando se ajusta a él, de manera que, al despegarla, los elementos que obstruyen la tubería se mueven y el agua los arrastra consigo. Es muy efectiva en atascos domésticos leves.
3.- Cinta aislante
Aunque no es una herramienta de fontanería propiamente dicho, es un utensilio muy útil. Si tienes que cambiar un grifo o sustituir las juntas de las tuberías, la cinta aislante no adhesiva te ayudará a que los tubos ajusten perfectamente y no se produzcan pérdidas de agua.
Permítenos insistir en que uses cinta aislante no adhesiva. Se coloca por dentro de la rosca de grifos y tubos y es más fina que la otra. El adhesivo de la cinta aislante tradicional puede convertirse en un inconveniente a largo plazo y, de hecho, es más propenso a permitir fugas de agua.
4.- Desatascador con cepillo
Si la goma desatascadora no te ha sido de utilidad, pero el atasco no es tan grave como para llamar a los profesionales, puedes probar con un desatascador de cepillo. Se trata de un cable con un cepillo al extremo. El cable se introduce en las tuberías con un movimiento de rotación. Es ese movimiento en combinación con el cepillo lo que funciona como desatascador.
5.- Limpiador de tuberías
Dentro de las herramientas de fontanería, no solo se encuentran aquellas que sirven para solucionar problemas, sino también las que los evitan. Y dentro de este último grupo, los limpiadores de tuberías son una de las más útiles.
Recuerda que un buen mantenimiento es la mejor manera de que tu instalación se encuentre siempre impecable.
Si a pesar de disponer de todas estas herramientas de fontanería y de usarlas apropiadamente tus tuberías siguen atascadas o no has podido taponar la fuga, ha llegado el momento de contar con un equipo de profesionales. Ponte en contacto con NetJet y estaremos encantados de ayudarte con tu problema de fontanería.
Sifón de lavabo: ¿qué función cumple?
El lavabo, al igual que otros elementos de una vivienda que están conectados a las tuberías y desagües de una vivienda o una empresa, cuenta con un sistema preparado para la evacuación del agua y los líquidos que se vierten en él. El sistema se encarga de conectar el desagüe del lavabo con las tuberías y bajantes del sistema de cañerías de la vivienda. Pero no lo hace a través de tuberías rectas, sino que emplea diversos elementos para ello. Uno es el sifón de lavabo.
Este elemento es bastante característico, y si miramos debajo del lavabo seguro que lo identificamos con facilidad. Sobre todo por su forma. Generalmente, este sifón tiene forma de S tumbada. Y no sólo se encuentra debajo del lavabo. Esta presente en la salida de todos los aparatos sanitarios de una vivienda además de en el lavabo. Así, se puede encontrar en los lavabos, bidets, inodoros, etc.
De hecho una de las aplicaciones más comunes de los sifones de los sifones es en los desagües de los aparatos sanitarios, y sirven, sobre todo, para evitar que el mal olor de las materias en putrefacción del alcantarillado salga por el orificio de desagüe de los aparatos.
Los sifones son elementos a los que no solemos prestar mucha atención. Sin embargo, es imprescindible en el sistema de desagüe de un baño para evitar fugas de agua, malos olores provocados por la acumulación de restos en las tuberías y evitar la entrada de pequeños insectos en el hogar. A veces los malos olores persisten. Estás haciendo correctamente la limpieza de tu baño, pero el olor no desaparece, revisa el sifón y comprueba que funciona bien.
Existen varios modelos de sifón para adaptarse perfectamente a los desagües del lavabo. Por lo tanto, se trata de encontrar el más adecuado según las necesidades de evacuación de agua. Sifón sencillo, sifón doble, recto, curvo, sifón botella, con válvula de aireación, con alargadera, sifón lavabo pedestal, con válvula click-clack. Hay unas cuantas opciones para un elemento aparentemente tan simple.
Si tu lavabo es pequeño y de dimensiones reducidas, seguramente te bastará con un sifón de lavabo pequeño, para adaptarse al espacio disponible. En caso contrario, los sifones extensibles son adecuados para baños espaciosos.
Cómo funciona un sifón de lavabo
Los sifones de lavabo tienen un mecanismo de funcionamiento bastante sencillo. Cuando se abre el grifo y cae agua por el desagüe, a medida que lo hace, va llenando la primera curva del sifón. Mientras tanto, el otro extremo de este dispositivo se encarga de ir vaciando el tubo, extrayendo el agua del primer extremo. Justo de la misma manera que lo hace un sifón, de ahí su nombre. Entonces, el nivel del agua presente en el circuito baja, y entra a él un poco de aire.
En ese momento, el sifón deja de extraer agua y detiene su funcionamiento. Entonces, el líquido que está en la parte que hay entre las dos curvas del sifón, en la parte que sube desde uno a otro, se queda detenido después de volver hacia atrás. La primera curva del sifón se quedará llena de agua. Esto no es ninguna anomalía, puesto que siempre sucede esto. El sifón del lavabo nunca está completamente vacío de agua. Claro está, si funciona bien. Si no contiene agua es que hay alguna anomalía en su funcionamiento y hay que sustituirlo.
Posteriormente, el mecanismo de descarga debe dejar salir un poco de agua, de modo que el sifón se llene hasta el nivel de desagüe de la segunda rama, como en el caso anterior.
Por otro lado existe la posibilidad de juntas los desagües del resto de los aparatos del baño a un sifón común, llamado bote sifónico.
Mantenimiento de los sifones
Los sifones de los desagües de los lavabos y fregaderos se obstruyen con más facilidad, sobre todo, por la costumbre que tenemos de usarlos como cubos de basura.
La limpieza de sifones evita los olores, que se atasquen las tuberías y evita a su vez, la aparición de insectos nada deseables, como cucarachas. Quizás, el aspecto más importante sea el de prevenir la aparición de obstrucciones y las complicaciones derivadas de que se encuentren sin limpieza: restos de cal, residuos de alimentos… Por lo tanto, la limpieza de tuberías resulta muy importante.
Función principal de un sifón de lavabo
El modelo más clásico (y el que mejor funciona hidráulicamente) consiste en un tubo en forma de «S» tumbada, de manera que, al desaguar el aparato, el agua llena las dos ramas del tubo, hasta el nivel de desagüe de la segunda, manteniendo un tapón de agua limpia que cierra la entrada de olores. Este sistema también se conoce como un “cierra hidráulico”.
Al quedarse siempre con agua, el sifón hace que esta funcione como una barrera entre el interior de las cañerías y bajantes. De esta manera, los olores de los contenidos de las mismas cuando entran en putrefacción no llegan a los lavabos. Pero no siempre sucede así, y en ocasiones los malos olores llegan a los lavabos e invaden la estancia en la que se encuentra. Es frecuente que suceda en periodos en los que hay humedad, o cuando va a llover.
En esos casos, habrá que revisar el estado del sifón del lavabo. Puede que esté sucio y sea necesario retirar impurezas de su interior. O puede que se haya roto y su mecanismo no funcione bien. Entonces, el sifón no opera correctamente y puede llegar a eliminar todo el agua del interior del sifón. Como resultado, ya no habría barrera entre los olores y el lavabo, y se colarían sin obstáculos por las cañerías. Toca ver entonces si únicamente hay que limpiarlo, o directamente es necesario cambiarlo. En este caso, aunque sustituirlo puede parecer sencillo, es más recomendable que lo haga un especialista.
De todas formas, el trabajo de mantenimiento de un sifón de lavabo es un trabajo que no suele hacerse con relativa frecuencia. Lo que si suele ocurrir con más frecuencia es que se atasque el desagüe y nos veamos en la necesidad de desmontarlo y volver a montarlo luego. En el momento de volver a montarlo es cuando empiezan a surgir los problemas.
Lo que suele ocurrir normalmente es que las juntas, de las distintas piezas de unión del sifón de desagüe del fregadero, se han estropeado, endurecido, deformado,… y cuando las volvemos a poner, ya no mantienen la estanqueidad y se sale el agua.
En términos generales si se empiezan a observar fugas en el desagüe del lavabo, lo más recomendable es que se cambie por uno nuevo, teniendo en cuenta que los sifones de lavabo no son muy caros.
En definitiva, es mejor invertir un poco más en un técnico profesional que en una hora habrá podido cambiar el sifón, que no llamar a una persona no cualificada que aunque cobre algo menos la hora, pueda equivocarse y estar varias horas porque no le quede bien puesto y tenga fugas debido a su falta de conocimiento o la no disposición de herramientas adecuadas.
De hecho, por muy “manitas” que sea, lo más recomendable siempre es que cuentes con un técnico cualificado que sepa hacer bien el trabajo, que sea profesional y con los papeles en regla. Así te asegurarás que dispone de los conocimientos y herramientas necesarios para poder realizarte el trabajo de una manera profesional y rápida.Ya que pueden surgir algunos problemas, como por ejemplo que el sifón nuevo no sea igual al anterior y haya que hacer una adaptación.
Algunos requisitos a tener en cuenta a la hora de elegir el sifón de lavabo
- Exige calidad. Puede ser un problema de atasco de tuberías o de un sifón de mala calidad. Escoge un sifón liso, estanco, resistente, autolimpiable y con un grosor no menor de 3 mm.
- Sifón extraplano: Ahorra espacio y es el idóneo para baños pequeños o si el espacio de lavabo es reducido.
- Sifón extensible: Este tipo de sifón lleva un tubo extensible que se adapta a la distancia y a a forma que necesites.
- Sifón doble: Si tienes un baño con un lavabo de dos senos, este sifón tiene dos tubos para las dos salidas de agua.
También es importante tener en cuenta el correcto dimensionado del sifón en cuestión. En el mercado hay una gran variedad de modelos; para bañeras, inodoros, bidés, duchas, lavabos. Hay que medir la tubería del lavabo y escoger el tamaño de sifón adecuado, normalmente será de 32 mm, pero puedes encontrar lavabos con diámetro de 40mm.
Otra decisión que debes tomar es si el sifón debe ser por bote sifónico o sifón individual. Por supuesto, esta selección depende de la aplicación del uso o necesidades de agua que vayas a tener. Si necesitas un sifón para varios sanitarios, lavabo, ducha, bidé, mejor opta por un bote sifónico, evitarás el agua estancada y los malos olores. Por otro lado, para baños de poco uso, la mejor opción sería un sifón de lavabo individual.
Si necesitas más información acerca de nuestros servicios de instalación y mantenimiento de sifones, no dudes en contactarnos.
El depósito de agua potable y por qué debemos hacer su mantenimiento
Un depósito de agua potable, como su propio nombre indica, es un recipiente preparado para almacenar agua que puede ser consumida por los humanos sin problemas. Son bastante comunes en lugares en los que suele haber cortes de agua con frecuencia. En muchos casos suelen ser localidades de pequeño tamaño en zonas en las que el agua potable no es muy abundante. También en aquellas en las que hay problemas de canalización y suministro. Y en aquellas en las que su número de habitantes aumenta con la llegada del verano, y por lo tanto puede escasear el agua. Además, su uso es obligatorio en viviendas que tienen una altura superior a los 19 metros, en combinación con grupos de presión. Esto se debe a que la presión del agua por si sola puede no ser suficiente para que el agua llegue a los pisos superiores con facilidad.
Los edificios y comunidades de propietarios, así como las residencias de ancianos, hoteles, etc. deben estar dotados de depósitos de agua potable (depósitos y/o aljibes de agua) siendo su función el abastecimiento de agua potable al grifo del consumidor.
La construcción de este tipo de depósitos no es algo nuevo, ya que se llevan levantando décadas en muchos sitios. Y aunque todavía se pueden encontrar en el terreno de las viviendas pozos y depósitos antiguos de agua, en la actualidad están siendo sustituidos por otros modernos, de fibra de vidrio, y capaces de almacenar el agua en las mejores condiciones tanto higiénicas como sanitarias.
El agua se considera de buena calidad cuando está limpia y salubre, sin microorganismos patógenos ni contaminantes físico-químicos que afecten a la salud de los consumidores de forma negativa. Existe una cadena de garantía sanitaria que nos protege y asegura de la calidad del agua hasta la entrada de los edificios y es ahí donde radica el problema.
Por estos motivos hay que recalcar la importancia que tiene mantener adecuadamente las instalaciones interiores de agua de consumo humano, y en concreto los depósitos interiores, que cumplirán todos los requisitos aplicables, y se mantendrán, limpiarán y desinfectarán, de acuerdo a la normativa aplicable. De esta forma, la calidad sanitaria del agua de consumo conservará en las mismas condiciones que la suministrada por la empresa de aguas.
Los vecinos y propietarios son los responsables del agua de su edificio desde que entra por el contador. No lo tomen como una obligación, complementarlo como una necesidad.
Cómo es un depósito de agua potable actual
Generalmente, un depósito de agua potable ya viene prefabricado, de manera que sólo hay que contar con el hueco necesario para instalarlo. Generalmente están fabricados en poliéster reforzado con fibra de vidrio especial. El material en cuestión se llama PEAD y evita que el agua de su interior coja olores y sabores. Además, está autorizado por Sanidad, y es completamente reciclable. Por lo tanto, tienen una elevada resistencia química y mecánica. Así que pueden permanecer al aire libre sin problemas. Y la corrosión no les afecta. Por lo tanto, el agua que se almacena en su interior no sufrirá alteraciones.
Estos depósitos se pueden enterrar, instalar en interiores o dejar al aire libre conectados a la red. Pueden utilizarse solos o conectados unos a otros en batería. Eso sí, para conectarse a la red de abastecimiento de agua se necesita un kit especial, que se intercala entre la acometida de agua de la casa y el depósito. Este kit incluye un regulador del caudal de agua, así como de su presión. Con él, el sistema se encarga de, según sea necesario o no, utilizar el agua que hay en su interior. Se trata de un sistema silencioso, que puede por tanto instalarse incluso en el interior de una vivienda.
Consideraciones importantes para la instalación de depósitos de agua potable
Con la idea de optimizar el funcionamiento de los depósitos de agua potable cabe destacar la importancia de las siguientes recomendaciones.
- Todo depósito y cisterna para el agua de consumo humano de una instalación interior deberá situarse por encima del nivel del alcantarillado, estando siempre tapado y dotado de un desagüe que permita su vaciado total, limpieza y desinfección.
- Es importante evitar largos tiempos de retención por lo que el agua deberá renovarse al menos diariamente, evitándose su estancamiento.
- La instalación debe permitir una fácil y eficaz limpieza periódica, con desagües de fondo y debe disponer de un sistema de purga para su vaciado total cuando se vaya a realizar la limpieza.
- Los depósitos deben estar situados por encima del nivel de alcantarillado y deben disponer de rebosaderos sin conexión directa a dicha red.
- Mantener, a ser posible, la temperatura del agua por debajo de 20ºC.
Mantenimiento de un depósito de agua potable
El agua es un derecho humano, tal y como dice la ONU en su Declaración de 28 de julio de 2010 en Bolivia y por tanto, tenemos la responsabilidad de respetar su uso y de realizar un adecuado mantenimiento. Es un bien necesario para nuestras vidas y, por ello, existen varias normativas que protegen de su uso:
- Real Decreto 140/2003, Calidad agua de consumo
- Real Decreto 865/2003, Prevención de legionella
Para el mantenimiento y desinfección de aljibes de agua fría o depósitos de agua potable, nos fijamos en la siguiente normativa. El Real Decreto 140/2003 tiene por objeto establecer los criterios sanitarios que deben cumplir las aguas de consumo humano y las instalaciones que permiten su suministro desde la captación hasta el grifo del consumidor y el control de éstas, garantizando su salubridad, calidad y limpieza, con el fin de proteger la salud de las personas de los efectos adversos derivados de cualquier tipo de contaminación de las aguas.
Los responsables del cumplimiento de lo dispuesto en este Real Decreto y de realizar los programas de mantenimiento periódico que garanticen el correcto funcionamiento de sus instalaciones, con el fin de que no representen un riesgo para la salud pública, serán los titulares de las instalaciones.
El pobre mantenimiento de las instalaciones interiores puede provocar contaminaciones de dos tipos:
- Microbianas por:
- entrada de agentes externos
- pérdida de cloro por escasa renovación del agua
- falta de limpieza
- Físico-químicas por:
- entrada de elementos externos
¿En qué consiste una limpieza de depósitos de agua potable?
Para proceder a realizar los tratamientos de limpieza y desinfección de los depósitos y aljibes de agua fría potable de consumo humano bien sean pequeños o de grandes dimensiones, donde el agua del interior de los depósitos presente suciedad, sedimentos en su interior, agua estancada, mal sabor y olor en el grifo del consumidor. La normativa obliga a la realización de este servicio de limpieza y desinfección de depósitos de agua, como mínimo una vez al año.
Un depósito de agua potable debe limpiarse cada cierto tiempo. Las tareas de mantenimiento de estos depósitos son esenciales para que se mantengan en perfecto estado. Por lo tanto no hay que olvidarse de ellas. No es complicado hacerlo, y con ello se evitan problemas de todo tipo. Un indicativo de que es necesario limpiar el depósito de un bloque de viviendas es, por ejemplo, que el agua del grifo salga de color marrón. En ese caso, estará sucio. Puede deberse a diversos motivos, pero generalmente a la entrada de elementos extraños al depósito. También a la pérdida de cloro del agua, e incluso a que el depósito no vacía su contenido con frecuencia.
La limpieza del depósito de agua al menos con periodicidad anual, que deberá tener una función de desincrustación y desinfección, seguida de un aclarado con agua potable, utilizándose en todo caso productos autorizados y registrados en el Ministerio de Sanidad para uso en agua potable, debiéndose conservar las fichas técnicas de dichos productos.
Preventivo de Desinfección de Sistemas de Distribución de Agua de Consumo Humano
Como conclusión principal, recalcar la importancia que tiene mantener adecuadamente las instalaciones interiores de agua de consumo humano y, en concreto, los depósitos interiores que cumplirán todos los requisitos aplicables, y se mantendrán, limpiarán y en su caso, desinfectarán, de acuerdo a la normativa aplicable.
De esta forma, la calidad sanitaria del agua de consumo conservará en las mismas condiciones que la suministrada por el gestor.
Es también importante que la edificación disponga de un grifo de muestreo en la tubería de alimentación, pasado el contador general del edificio, junto a la acometida, con el fin de poder tomar y analizar una muestra de agua en caso de incidencia acaecida en la edificación y poder dirimir si la causa de alteración de la calidad del agua de consumo procede de la red general de distribución o de la instalación interior.
Independientemente de que el agua del grifo o del interior del depósito esté en mal estado, señal de que hay que limpiar el depósito de inmediato, conviene realizar una limpieza periódica de su interior. Pero dado que hay que cumplir una normativa específica para ello, lo más recomendable es que la lleve a cabo una empresa especializada en el mantenimiento de este tipo de depósitos.