Fecha: 2019-04-15 10:00:49
Autor: Netjet
Las empresas de tratamiento, gestión y transporte de residuos deben cumplir una serie de normas para poder realizar estas operaciones. Para ello hay diversas normas y códigos que se deben observar y cumplir. Con ellas no sólo se identifican adecuadamente los residuos, sino que también se dan las directrices para manipularlos y transportarlos hasta las plantas de desecho o reciclaje, según el tipo de residuo de que se trate. Uno de estos códigos utilizados en la gestión de residuos es el código LER.
El acrónimo que identifica a este código es la abreviatura de Lista Europea de Residuos, un listado de los residuos existentes, con el que se pretende agilizar y facilitar la clasificación de los mismos. Esto se hace en función de naturaleza y origen, y toma como base una catalogación de los residuos muy sencilla, que asigna a cada tipo de residuo un código de seis cifras. Es, como hemos mencionado, el código LER.
Para qué sirve el código LER y cómo funciona
Las empresas dedicadas a gestionar residuos tienen que identificar todos los tipos. Así, a simple vista de su recipiente y sin tener que examinarlos de cerca, con el peligro que esto supone en algunos casos, se podrá conocer lo que contiene una bolsa o recipiente con residuos. Además, también se consigue la evaluación del tratamiento que necesitará cada residuo, puesto que costará menos identificarlo.
Para la catalogación de los residuos, en la actualidad, hay dos sistemas de clasificado e identificación. Son compatibles entre sí, por lo que su uso conjunto no ofrece problemas. Por uno, el sistema nacional, encargado de codificar los residuos peligrosos. En este sistema hay un listado de códigos que vienen de varias tablas con datos sobre las características de cada tipo de residuo, su procedencia y su destino.
Por otro está el sistema que hemos comentado, el código LER. Es una relación de tipos de residuos, armonizada, con la que se busca facilitar su caracterización tomando como base su origen y naturaleza. Cada código LER tiene seis cifras. Y para asignar uno a cada residuo hay que tener varios puntos en cuenta.
El primero es que la lista europea de residuos está dividida en 20 capítulos. Cada uno está identificado con dos cifras. En ellos hay que mirar la fuente o la actividad que genera el residuo. Para ello hay que mirar los capítulos del 1 al 12, por un lado. Por otro, en los numerados del 17 al 20. Hecho esto, en el subcapítulo que corresponda se busca el código más adecuado para el residuo a catalogar. Eso sí, en este punto no se tienen en cuenta los códigos que terminan en 99. Por ejemplo, los residuos de envases recogidos de manera separada tendrán un código LER que empieza por 15 01.
En caso de que no se encuentre el residuo en el capítulo en el que debería estar hay que buscar en los capítulos 13, 14 y 15. Si no, en el 16. Si tampoco está, se le asigna un código terminado en 99 del capítulo de la lista de la actividad que ha ocasionado el residuo. Y los que son peligrosos quedan identificados como tales mediante la adición de un asterisco en el código LER.
¿Qué son los códigos LER 161001 y 200108?
Visto el sistema de catalogación de los códigos LER, toca identificar el código LER 161001 y 200108. El primero hace referencia a residuos catalogados como ácidos inorgánicos líquidos. Es decir, líquidos que contienen sustancias peligrosas diluidas en ellos. Eso si, estas sustancias cuentan con una concentración en el líquido inferior al 10%. Entre ellos están ácidos como el clorhídrico, el sulfúrico o el nítrico. Para su almacenamiento y transporte se recomienda guardarlos en recipientes o garrafas de 25 litros de capacidad.
En cuanto al código LER 200108, hace referencia a los residuos biodegradables procedentes de cocinas y restaurantes. No se trata por tanto de residuos peligrosos, pero sí que habrá que almacenarlos y transportarlos de manera adecuada con servicios profesionales de transporte para que no sufran deterioros.