Fecha: 2019-11-11 08:16:06
Autor: Netjet
En términos generales la rehabilitación de tuberías se puede dividir en la siguientes categorías:
- Rehabilitación con apertura de zanja: se excava una zanja, dejando los tubos al descubierto, procediendo entonces a la sustitución de los tubos utilizados, sellado de juntas, sellado de pozos o sellado de grietas o fisuras.
- Rehabilitación sin apertura de zanja: Hay dos tipos de rehabilitación principalmente, rehabilitación puntual (realizada mediante la introducción de un robot que va reparando desperfecto a desperfecto) y rehabilitación global (la realización de un encamisado interno de la tubería).
En los últimos años, la rehabilitación de tuberías sin zanja se ha puesto de “moda” en el sector del mantenimiento de redes de saneamiento o alcantarillado. Esto se debe, entre otros, a los siguientes factores:
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Produce menos inconvenientes para los ciudadanos y las áreas ambientalmente sensibles como pantanos, ríos, parques públicos, parajes históricos y naturales.
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Fortalecimiento de imagen entre la comunidad, ya que producen menos molestias. Es una clara muestra de iniciativa en obras públicas.
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Los proyectos de rehabilitación sin apertura de zanja pueden realizarse en unos días, frente a las semanas y meses que requieren los métodos de excavación y sustitución tradicionales.
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Ofrece mayor seguridad que los métodos convencionales.
¿Qué es el encamisado de tuberías?
Dentro de la categoría de rehabilitación global sin zanja de las tuberías se encuentran las técnicas conocidas como “manga” o “encamisado”. Este sistema consiste en 3 pasos principales:
- Impregnación de la manga con resina y colocación en el tambor de inversión.
- Inversión de la manga con aire quedando perfectamente instalada en el interior de la tubería.
- Secado de la resina mediante agua caliente, empleando para ello una caldera.
La técnica de la rehabilitación puntual del “part lining”.
Por otro lado, es importante no confundir esta técnica con la técnica del “part lining”, la cual se aplica como rehabilitación puntual.
El part lining, consiste en inspeccionar previamente, mediante cámara de TV, la tubería a rehabilitar para detectar la patología existente.
Una vez localizado el defecto, se introduce una manguera neumática envuelta con fibra (un “packer” de vidrio dentro de la tubería en la posición de dicho efecto). Una vez dentro, se hincha a presión.
A continuación se deshincha la manguera y la fibra queda colocada en el interior del tubo.
De esta forma, se mejora la integridad estructural de la tubería, la fluidez del agua, aumenta la elasticidad frente a presiones de la tubería y, en especial, hace que desaparezcan las juntas de la conducción que son los puntos más problemáticos en lo que se refiere a fugas.
Del mismo modo tenemos la técnicas de rehabilitación de bajantes mediante el encamisado vertical.
Dicha técnica consiste en la inserción por inversión de una manga de poliéster impregnada con resina dentro del bajante utilizando aire comprimido. De esta forma, se mejora la integridad estructural de la tubería, la fluidez del agua, aumenta la elasticidad frente a presiones de la tubería y, en especial, hace que desaparezcan las juntas de la conducción que son los puntos más problemáticos en lo que se refiere a fugas.
¿Se pueden rehabilitar tuberías sin obra en todos los casos?
En términos generales la rehabilitación de tuberías sin obra no sería aplicable en los casos en los que la tubería antigua está totalmente destruida o aplastada. En el encamisado es necesario utilizar la tubería deteriorada como receptáculo por el que introducir la manga que una vez curada, formará la nueva tubería.